Calidad Educativa.


·         Calidad Educativa de la Educación Física.
        
        El término calidad es producto del discurso empresarial capitalista, que es trasladado al terreno educativo por los sectores burocrático y empresarial. Si los conceptos educación y su práctica significaban por sí mismos hechos positivos, actualmente, bajo la imposición de dichos sectores, hemos de añadir la palabra «calidad» cuando tengan un valor agregado, reconocido por todos como tal, de acuerdo con criterios de costo-beneficio. Para ello, los «productos» generados por las escuelas deben ser evaluados y estandarizados siguiendo el «universal» impuesto por el mercado.
        
       Las políticas públicas en materia educativa que están encuadradas en esa lógica, promueven la privatización, la deslocalización y la competitividad de las instituciones educativas, produciéndose discursos alejados de las problemáticas que afectan a las comunidades específicas. El carácter de formadora de la totalidad humana históricamente asignado a la educación, se trastoca por el discurso de la calidad educativa, que enfatiza el desarrollo de «competencias».
        
        Productividad, competitividad y rendimiento, son las exigencias de una educación de calidad. Se producen entonces la fragmentación y la desarticulación del proceso educativo, y la formación del sujeto. Si bien es cierto que los proyectos educativos que apuntaban a la formación total del hombre 
     (bio-psico-social) no lo han conseguido de forma cabal, ninguno ha apostado por la división tajante entre sujeto intelectual, sujeto emocional y sujeto corporal, como el discurso de la calidad lo hace.
          
        En este texto abordamos, en primer lugar, algunas características del discurso de la calidad en educación, y las funciones que cumple en la práctica educativa real. En segundo lugar, nos aproximamos al impacto que puede tener en la escuela y en la Educación Física el mismo discurso, que tiende a fragmentar y a mercantilizar tanto las prácticas educativas como a las personas. En tercer lugar, apuntamos algunas tareas del profesor de Educación Física destinadas a resistir los embates de la mercantilización de su tarea y la visión parcial sobre los sujetos que educa. Para terminar, anotamos una «Reflexión final» en torno a una propuesta educativa que no fragmente al sujeto.
          
         En las dos últimas décadas, hemos vivido un cambio sustancial en las relaciones que nuestros países mantienen con las potencias productoras de modelos y de tradiciones pedagógicas. Hasta comienzos de la década de los 90, cada uno de los Estados latinoamericanos aplicaba, en forma particular, las partes de los modelos que más conviniesen a sus propias perspectivas de desarrollo, combinándolas, en general, con una variopinta producción local. Incluso se seguían modelos provenientes de diferentes tradiciones, según el éxito que hubieran obtenido los mismos en conquistar a nuestros intelectuales y a nuestros actores.
         Por ejemplo, en la década de los 80, las teorías norteamericanas sobre el currículo convivieron con las corrientes institucionalistas francesas, con fragmentos de la teoría crítica alemana, y con los modelos de investigación-acción impulsados sobre todo por algunos especialistas ingleses.
        
        La década de los 90 se inició con el proyecto globalizador que Estados Unidos impusieron e impulsaron como modelo universal de pensamiento y de acción. En el terreno educativo, esto significó una notable reducción del pensamiento pedagógico, y una simplificación y banalización de la problemática del campo.
          
        La implantación de las políticas globalizadoras (privatización, desregulación, evaluación, gerenciamiento) impusieron la agenda política y académica, y redujeron los débiles atisbos de autonomía preexistentes. Las palabras que usábamos tradicionalmente para hablar de la tarea educativa sufrieron una seria corrosión a partir de un acoso conceptual ya secular, que se ha intensificado a un ritmo «bárbaro» desde principios de la década de los 90 bajo la égida de la Globalización.
          
         La noción de «calidad de la educación» apareció en el campo educativo ya avanzado el proceso de universalización del acceso a la escuela, a partir de mediados del siglo pasado. Su invocación provino de la apreciación del deterioro del «nivel cultural» de las escuelas, que fue causado por el «atraso» de los sectores populares que engrosaban las estadísticas de la expansión.
          
         La Educación Física es concebida como una educación corporal o educación por el movimiento que se compromete con la construcción y conquista de la disponibilidad corporal, síntesis de la disposición personal para la acción en y la  interacción con el medio natural y social.
          
         Este es un espacio que, a través de la motivación y la vivencia, propicia aprendizajes significativos y formación de vínculos interpersonales promoviendo participación, empatía, solidaridad, integración social, paz, autoestima y pertenencia grupal. Todo esto en un marco de convivencia mediada adecuadamente por el docente.
          
         En este nivel de la escolarización el proceso formativo favorecerá al afianzamiento de la autonomía de chicos y chicas para satisfacer sus propias necesidades motrices, su desarrollo personal y social en función de la mejora de la calidad de vida. Este afianzamiento se construirá por medio de una intervención pedagógica orientada a vincular el “saber” del conocimiento del cuerpo con el “saber hacer” generando en los estudiantes el aprendizaje de los procedimientos para planificar y realizar sus propias actividades físicas o deportivas, como también las de sus compañeros. La intervención pedagógica debe propiciar la construcción de actitudes y valores, a la vez que debe promover acciones que tiendan a favorecer la posibilidad de aprender a convivir con otros.
          
         La revisión crítica de las prácticas pedagógicas será fundamental para favorecer la inclusión de los participantes en ámbitos educativos, en especial en nuestra área. Otros aspectos para reflexionar serán la participación de calidad de los chicos y chicas en las clases de educación física y el par cooperación – oposición en actividades lúdicas y deportivas.
          
         Participación de calidad.
         
     Es posible que cuando observamos un grupo de gente moviéndose en una misma actividad pensemos que están participando. Sin embargo la idea no está relacionada con la cantidad de participación sino con la calidad, el sentido, la contestación a determinados objetivos. Es decir que la temática no se centra
         solamente en el grado de actividad o pasividad como tampoco en el mayor o menor movimiento físico, sino en el “nivel de acción auto o heterogestiva de los miembros de un grupo y el proceso de su aparición y posibilidad de desarrollo”.
         Por lo tanto los procesos de participación tienen que ver con que el estudiante
        tome decisiones, sea protagonista real, tenga la posibilidad de autogestionar, sea considerado como un ser histórico en constante evolución, capaz de hacerse cargo y ser coautor de la propia realidad que vive. Por ello cuando el docente con su mediación propicie estos ambientes para sus estudiantes estará generando espacios reales de participación de calidad.
        
         Es la recreación una estrategia adecuada para cumplir con esas premisas socializadoras ya que se sugiere comprenderla como una instancia de participación de calidad de los estudiantes.
          
         Toda persona se enfrenta a distintas situaciones con un conocimiento y un ‘entrenamiento’ previo, más o menos consolidado, pero conocimiento al fin. El
         juego responde a sus necesidades, sin ignorar su nivel de intelectualización:
         puede contemplar los avances de sus estadios y los cambios propios de sus
        intereses, necesidades y posibilidades, acompañándolos con sus estímulos
         adecuados; sin alejarse de la intencionalidad educativa. “La intervención del
         educador y del educando debe ser contingente porque así lo requiere la dinámica
          
          La Educación Física en la escuela secundaria cuenta con la posibilidad de acercar a los participantes a un real pensamiento social que promueva espacios de solidaridad, empatía y paz, para luego transferir a la cotidianeidad de los estudiantes como formas de vida de nuestro pueblo. El aprovechamiento del desarrollo de diferentes capacidades a través de situaciones grupales propicia espacios de sana convivencia estimulando la participación de calidad en las actividades.

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